Trabajar la dispraxia verbal con un logopeda

Trabajar la dispraxia verbal con un logopeda

La dispraxia es un trastorno común del aprendizaje que afecta a entre el 5 y el 7% de los niños de entre 5 y 11 años: afecta a la forma de realizar determinados gestos y acciones voluntarias. La dispraxia verbal, que afecta a entre 1 y 2 de cada 1.000 niños, provoca dificultades en el habla. Descubramos juntos cómo los logopedas pueden superar gradualmente las consecuencias de este trastorno mediante la rehabilitación.

Dispraxia verbal: definición, causas y síntomas

Aunque la dispraxia verbal se centra en las dificultades con el habla, no significa que los músculos del niño no funcionen correctamente o que carezcan de estimulación. Este trastorno específico del desarrollo del lenguaje provoca un déficit en la planificación fonológica y fonética, así como en la ejecución motora del habla.

En concreto, los niños con dislexia tienen dificultades para articular sonidos y palabras, a pesar de sus evidentes esfuerzos. Pueden pronunciar la misma palabra de distintas maneras, con algunos minutos de diferencia. Por ejemplo, un barco puede pronunciarse “dateau” y luego “teau” o “pateau”. Es como volver a aprender.

Es más probable que un niño dispraxico sea capaz de pronunciar palabras de una sílaba como “olla” o “mano”, mientras que una combinación de dos sílabas es más difícil (“piment”), por no hablar de las palabras más largas que suponen un gran reto (“chocolat”).

La dispraxia aparece ya en el primer año de vida del niño, manifestándose entre los 10 y los 15 meses de edad como falta de balbuceo, dificultades con la lactancia, arcadas y mucho babeo. Hasta los 2 años, todavía no dice muchas palabras, imita muy poco los sonidos y ruidos y sigue babeando. En edad preescolar y escolar, como al niño aún le cuesta entender, lo compensa con gestos y mímica, mientras intenta constantemente averiguar cómo colocar la boca para formar la palabra.

¿Qué influencia tiene la rehabilitación del logopeda?

Las observaciones clínicas tienden a demostrar que la rehabilitación logopédica en niños dispraxicos mejora las habilidades motoras del habla, aunque los progresos sean muy lentos. Los logopedas centran sus sesiones en:

  • Control motor: repetición voluntaria, consciente y precisa de sílabas y/o secuencias de sílabas. Los ejercicios intensivos mejoran los programas neuromotores del habla.
  • Sistemas aumentativos: como en el caso de los niños sordos, el uso de gestos para apoyar los fonemas, como ayudas pictográficas.
  • Melodías: el logopeda reproduce sonidos que el niño tiene que repetir. El profesional exagera las sílabas tónicas y adapta el ritmo a las capacidades del niño.
  • El uso del lenguaje escrito: aporta estabilidad al niño dispraxico verbal, la escritura le permite ver la secuencia de fonemas, que no encuentra o pierde continuamente – lo que ayuda a mejorar su pronunciación.

Ante esta dificultad de aprendizaje, no dude en
ponerse en contacto con un logopeda
de la plataforma Ora-Visio para iniciar una reeducación adaptada y personalizada que favorezca el desarrollo del lenguaje de tu hijo.

2023-11-06T06:44:40+00:006 noviembre 2023|Terapia del lenguaje|
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